La salsa inglesa es una salsa inglesa fermentada que se utiliza como condimento para realzar el sabor de diversos platos. Está elaborado a partir de una mezcla de ingredientes que incluyen vinagre de malta, melaza, anchoas, tamarindo, cebolla, ajo, azúcar y especias. Tras la fermentación, la salsa se envejece, lo que le confiere su sabor complejo, a la vez salado, agridulce y marino.

La salsa inglesa se usa comúnmente en adobos, salsas de carne, sopas y guisos, y es un ingrediente clave en algunas preparaciones como los Bloody Marys. Aunque naturalmente no contienen gluten per se, algunas versiones comerciales pueden contener vinagre de malta elaborado con cebada, que contiene gluten. Por eso es importante revisar las etiquetas para asegurarse de que no contenga gluten.

Si no tienes, puedes sustituirlo por una mezcla de vinagre, pimentón ahumado y salsa de pescado.