El bretzn, o pretzel alemán, es una especialidad emblemática de las fiestas bávaras, en particular del Oktoberfest. Con su singular forma retorcida y su corteza dorada y salada, es perfecto como aperitivo o para acompañar una cerveza artesanal. Esta versión sin gluten permite que todos disfruten de esta delicia tradicional, con una masa suave por dentro y crujiente por fuera. Ya sea que los disfrutes solos o con mostaza, los pretzels sin gluten aportan un toque auténtico a tu mesa, respetando las restricciones dietéticas.
Ingredientes
Preparación
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Preparar la masa de pretzel: En un bol mezclar el agua tibia, el azúcar y la levadura. Déjalo reposar durante unos 5 minutos hasta que se formen burbujas, señal de que la levadura está activa.
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En un bol grande, mezcla la harina sin gluten y la sal. Agrega la levadura activada y la mantequilla derretida, luego mezcla hasta obtener una masa homogénea. Si la masa está demasiado seca, agrega un poco de agua tibia. Amasar la masa durante unos 5 minutos para darle elasticidad.
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Levantamiento de la masa: Tapar el bol con un paño limpio y dejar reposar la masa durante 1 hora en un lugar cálido, hasta que doble su volumen.
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Dar forma a los pretzels: Precalienta el horno a 220°C (425°F) y forra una bandeja para hornear con papel pergamino. Dividir la masa en 8 partes iguales. Enrolle cada porción hasta formar una salchicha larga de unos 40 cm de largo, luego forme el pretzel cruzando los extremos y doblándolos hacia el centro. Colócalos en la bandeja para hornear.
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Remojar en bicarbonato de sodio: En una cacerola hervir el agua con el bicarbonato de sodio. Una vez que el agua esté hirviendo, sumerja cada pretzel durante unos 30 segundos, luego escúrralos con una espumadera y colóquelos nuevamente en la bandeja para hornear.
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Terminar y cocinar: Espolvorea cada pretzel con sal gruesa y hornea de 12 a 15 minutos, o hasta que estén dorados. Si lo desea, untelos con mantequilla derretida cuando salgan del horno para obtener una corteza aún más brillante y sabrosa.
Nota
Si quieres un pretzel más suave, puedes reemplazar la sal gruesa con semillas de sésamo o amapola. Para una versión dulce, espolvorea con azúcar y canela después de hornear.