Las hierbas frescas y el limón son elementos básicos de la cocina mundial y aportan sabores a muchos platos, especialmente en recetas sin gluten. Sin embargo, pueden perder su frescura rápidamente si se almacenan incorrectamente. A continuación se ofrecen algunos consejos sencillos y eficaces para prolongar su vida útil y reducir el desperdicio, manteniendo al mismo tiempo su sabor óptimo para sus creaciones culinarias.
¿Cómo almacenar hierbas frescas?
- Hierbas en un jarrón con agua: ¡ Las hierbas como el perejil, el cilantro o la albahaca se pueden almacenar como flores! Corta los extremos de los tallos y colócalos en un vaso de agua, cambiando el agua cada dos días. Cubra las hojas con una bolsa de plástico y guárdelas en el refrigerador para una frescura prolongada.
- Envolver en papel húmedo: Para otras hierbas como tomillo, romero o menta, envuélvelas en un paño o papel toalla ligeramente húmedo. Esto ayudará a retener la humedad sin empaparlos. Luego, coloca las hierbas en una bolsa hermética o en un recipiente de vidrio antes de guardarlas en el refrigerador.
- Congelar hierbas: si tiene una gran cantidad de hierbas frescas, congelarlas es una opción ideal. Para ello, pique las hierbas y colóquelas en una cubitera. Cúbrelos con aceite de oliva o agua antes de congelarlos. Podrás utilizar porciones de hierbas durante todo el año, añadiéndolas directamente a tus platos mientras cocinas. También puedes lavarlos, secarlos y colocarlos en una bolsa para congelar en el congelador.
- Hierbas secas: También puedes secar ciertas hierbas como el romero, el tomillo o el orégano. Use su deshidratador o cuélguelos boca abajo en un área seca y bien ventilada durante una o dos semanas, luego guárdelos en frascos herméticos para usarlos más adelante.
¿Cómo almacenar limón?
- Guarda el limón entero: si no necesitas cortar el limón de inmediato, déjalo a temperatura ambiente durante unos días. Para conservarlo por más tiempo, guárdelo en el cajón de verduras del frigorífico. Puede permanecer fresco hasta por 2 a 3 semanas.
- Almacenamiento de mitades de limón: Una vez cortado, el limón tiende a secarse rápidamente. Para evitar esto, coloque la mitad del limón, con el lado cortado hacia abajo, en un plato pequeño o envuélvalo en papel film antes de refrigerarlo. Esto ayuda a conservar su jugo y sabor durante unos días.
- Congelar el jugo y la ralladura: Para no desperdiciar nada, recuerda congelar el jugo y la ralladura de limón. Exprime los limones y vierte el jugo en una cubitera. En cuanto a la ralladura, simplemente rallala y congélala en bolsas herméticas. Estas raciones serán perfectas para añadir un toque de acidez y frescura a tus platos en cualquier momento.
- Lima kaffir congelada: las compro en 2 o 3 paquetes y las meto directamente en el congelador. Como yo uso solo la ralladura y poco a poco, rallo o pelo un poco, y lo vuelvo a meter en el congelador.
Conclusión
Ya sea que desee conservar sus hierbas frescas para ensaladas o adobos o conservar sus limones para realzar sus platos, estos sencillos consejos lo ayudarán a disfrutar su sabor por más tiempo. Optimizando la conservación de estos ingredientes esenciales, también reducirás el desperdicio de alimentos, al tiempo que facilitarás la preparación de tus recetas diarias.