Los falafels son una especialidad tradicional de la cocina de Oriente Medio, aunque tienen su origen en Egipto, donde inicialmente se elaboraban con habas. Son amados no sólo por los vegetarianos por su sabor único y su textura crujiente, sino también por todos los demás. Elaborados a partir de garbanzos, no contienen gluten de forma natural, lo que los convierte en una opción perfecta para las personas que siguen una dieta sin gluten. Ricos en proteínas vegetales y fibra, una receta sencilla de hacer, los falafels se pueden disfrutar solos, con verduras crudas o acompañados de salsas como hummus o tahini.
Servicio: Sirve tus falafels sin gluten calientes, acompañados de ensalada y salsas a tu elección a base de tahini (pasta de sésamo) o yogur.
También puedes hornear los falafels en el horno a 200°C durante 20 a 25 minutos para obtener una versión más ligera. Untelos ligeramente con aceite para que se doren bien. Estos falafels se conservarán en el refrigerador durante unos días y se pueden congelar una vez cocidos para comidas rápidas.