El cassoulet es muy conocido en Francia, pero no lo comemos a diario porque es saciante y puede resultar pesado de digerir. Es un plato completo hecho con judías blancas cocidas a fuego lento con carnes del suroeste de Francia. Las judías se cocinan lentamente para obtener una textura que se deshace en la boca. Se le añade confit de pato, salchichas y panceta de cerdo para un sabor intenso. Esta vez, solo añadí muslos de pato confitados. El clásico pan rallado se sustituye por una alternativa sin gluten. Se sirve caliente, recién salido del horno. Hace años que no lo como, y admito que me salté el postre y voy a dormir como un bebé. Este plato es muy nutritivo y perfecto para comidas informales o familiares.