El ají de gallina es un plato tradicional peruano, considerado uno de los pilares de la gastronomía criolla peruana. Lo comimos a menudo durante nuestro viaje. Consiste en pollo desmenuzado cubierto con una salsa cremosa de ají amarillo , nueces y queso crema. Esta mezcla le da una textura cremosa y un sabor equilibrado entre dulce y picante. Un plato reconfortante por excelencia, generalmente se sirve con arroz blanco y papas. Su receta refleja la fusión de las tradiciones andinas y la influencia española, particularmente en el uso de leche y nueces. Naturalmente sin gluten, al prepararse con ingredientes frescos, se mantiene accesible y auténtico. El ají de gallina no es solo un plato, es parte de la identidad peruana transmitida de generación en generación. Cocinar este plato es invitar un pedacito de Perú a tu mesa.
En una sartén con un poco de aceite, dore el pollo por cada lado y luego cocínelo en agua con sal durante unos veinte minutos. Reserve el caldo y desmenuce la carne.
Añade los chiles amarillos picados (o pimiento amarillo con chile).
Añade las nueces, mezcla y añade un poco de caldo para espesar la salsa. Licúa.
Regrese la salsa a la sartén, vierta la leche evaporada y agregue el queso crema.
Añade el pollo desmenuzado y cocina a fuego lento hasta que espese.
Se sirve con rodajas de papa y arroz blanco aparte. En Perú, también se le añade un huevo duro cortado por la mitad.
Como no tenía leche condensada ni evaporada, calenté un poco de leche semidesnatada durante unos veinte minutos (sin que hirviera), hasta que se redujo a la mitad.